Durante años se ha pensado que ciertos alimentos provocaban colesterol y se reducía su consumo. No comer sano, aumentar las grasas y sólo consumir productos naturales son algunas de las realidades que se han unido al colesterol, pero también ello provoca muchos mitos, algunos falsos y otros verdaderos. Veamos algunos de ellos.
Sólo como aquello más natural
Es correcto comer de manera natural y saludable, ¿pero sólo alimentos naturales? Esta afirmación no es cierta del todo, puesto que no es siempre bueno, es decir, aquellos alimentos procesados también son buenos y no artificiales. Y otras veces se atribuye a cosas naturales las que en realidad no lo son.
El ajo hace bajar el colesterol
Se dice que la ingesta de determinados alimentos reduce de manera significativa el colesterol. Pero no es del todo cierto, especialmente en determinados alimentos, como el ajo, pues no es algo que esté demostrado. Es bueno para controlar el colesterol y el nivel de la sangre, pero estudios recientes concluyen que no hay una relación directa entre el ajo y la reducción de colesterol.
El marisco suele contener un alto colesterol
Esta afirmación tampoco es correcta, pero seguramente algunas veces la hemos oído. El marisco tiene propiedades beneficiosas para el cuerpo, como son los esteroles, entre los que se encuentra el colesterol, pero en menor medida. El marisco es bueno en ácidos grasos omega 3 y esteroles que hacen bajar el colesterol malo. Es el médico el que determinará que podamos comer más o menos marisco y el tipo. Debe quedar claro que una alimentación equilibrada debe incluir marisco y pescado.
Aumento del consumo de pescado azul
Lo que sí es cierto y está demostrado es que el pescado azul ayuda a reducir los niveles de colesterol malo. Así, el consumo de la caballa, el atún o la trucha es beneficios para el cuerpo al contener, como el marisco. Los ácidos grasos omega 3 presentes es pescados y mariscos son fundamentales.
Menos grasas
Es realidad que determinadas grasas de alimentos lo hacen aumentar el y también aumentan nuestro peso. Esto debe regularse y tomar una dieta rica y saludable basada en frutas, verduras, pescados, cereales y determinadas carnes. La dieta mediterránea y la atlántica son perfectas opciones, ya que incluyen todos estos alimentos.