Los beneficios del mar para nuestro cuerpo no se limitan a los alimentos que nos proporciona como los pescados o los mariscos, sino que además de brindarnos productos frescos, el contacto del mar con nuestro cuerpo refuerza nuestros mecanismos de defensa, ayuda a una mejor circulación del riego sanguíneo y nos hace más fuertes ante posibles enfermedades respiratorias.
Así lo han recogido, entre otros medios, el Faro de Vigo, que en una publicación reciente enumera muchos de los beneficios físicos y terapéuticos de bañarse en él.
Beneficios físicos y terapéuticos del mar
Además de brindarnos pescado de temporada, el mar tiene propiedades curativas para afecciones cutáneas como por ejemplo la psoriasis y funciona como relajante muscular y contiene sustancias antibacterianas que favorecen los procesos de cicatrización. Muchas veces hemos comprobado en nuestro propio cuerpo que cuando se tiene una herida, el agua del mar, además de ayudarnos a desinfectarla, nos ayuda precisamente a curarla gracias a esa propiedad cicatrizante.
Ya no solo el propia agua, sino que su brisa, rica en yodo, ayuda a regularizar la glándula tiroides. Según podemos leer en la información, también hay estudios que demuestran que las personas que viven cerca de la costa tienen menos posibilidades de padecer bronquitis y otras enfermedades similares, de lo que se deduce que esta brisa también previene enfermedades respiratorias.
Los que tienen mala circulación sabrán que el agua de mar actúa sobre el sistema vascular lo que alivia los problemas que padecen, como varices.
El efecto «balneario»
En resumen, el contacto con el mar, tiene un efecto “balneario” en nuestro cuerpo. Nos ayuda a reducir el estrés gracias a su contenido en magnesio, fortalece los músculos y articulaciones, importante para toda la población pero especialmente para aquellos que padecen artritis.
Si ya de por si ir a la playa y bañarse en el mar es una de las actividades predilectas del verano, el chapuzón sabrá mejor sabiendo que estamos no solo refrescándonos, sino también cuidándonos. Eso sí, también debemos tener unos hábitos alimenticios saludables.
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