Uno de los alimentos con más valores nutritivos de la dieta alimentaria son los pescados. De hecho, los nutricionistas y médicos recomiendan unas 2- 3 piezas de pescado a la semana: 2 pescados blancos y 2 pescados azules. Si éstos se pueden combinar con verduras y hortalizas, ya estamos asegurando que se come adecuadamente para fortalecer el organismo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), establece que el pescado tiene un valor nutritivo excelente, proporciona proteínas de gran calidad y una amplia variedad de minerales. Además es uno de los alimentos más ricos en vitaminas A.
La vitamina A de los pescados
La vitamina A, uno de los muchos beneficios de comer pescado, en buena cantidad tiene un fuerte poder antioxidante, por lo que frena el envejecimiento celular. Además, participa en la elaboración de enzimas en el hígado y de las hormonas sexuales y suprarrenales.
Vitamina E
De igual manera que la vitamina A, la E también es antioxidante y protege el sistema inmunitario para protegernos de virus y bacterias.
Calcio, hierro y magnesio
Gracias a la aportación de calcio del pescado, la salud ósea se fortalece y ello contribuye a prevenir la osteoporosis, entre otras enfermedades. El hierro también es beneficioso porque ayuda a transportar oxígeno en sangre. Uno de los beneficios del pescado azul es que cuenta con cantidades grandes de hierro, por ejemplo, una porción de salmón contiene cerca de 9% de RDA de hierro. Otro de los minerales que presenta el pescado es el magnesio que promueve la salud cardiaca, entre otras ventajas.
Beneficios para el cerebro
Diversas investigaciones establecen que las grasas de algunos pescados proporcionan mejor que ningún otro alimento el tipo de grasa vital para el desarrollo normal del cerebro en los niños antes de nacer, y claro está, también en los recién nacidos. Y es que se establece que cuando falta la cantidad que se necesita de ácidos grasos omega 3, muy sanos para el corazón, puede no darse un desarrollo normal del cerebro. Estos ácidos grasos suelen encontrarse, mayoritariamente, en los pescados azules, como el atún, la caballa y las nutritivas sardinas, que están fácilmente en supermercados, tiendas online y pescaderías durante todo el año.