El anterior post lo hemos dedicado a las conservas de pescado, ¿pero qué pasa con las conservas de marisco? Si estamos a dieta, ¿son tan buenas como dicen?.
Hoy vamos a explicar sus principales características y su proceso de conservación, que da comienzo estando el marisco aún fresco, para ser cocinado y esterilizado.
Su cierre hermético supone una garantía total de las condiciones de las que te informamos en el envase. Aparte, la durabilidad del marisco en lata en condiciones óptimas es larga, como vas a poder comprobar. Durante este periodo de vida útil, en el que el marisco no ha alcanzado su fecha de caducidad, sus propiedades nutricionales y su sabor se mantienen íntegros.
Por lo tanto, una primera conclusión es que podrás sacar partido a estos productos a largo plazo sin que pierdan un ápice de su calidad.
Mejillones y berberechos como ejemplos de este tipo de alimento.
Existe una extraordinaria variedad de mariscos. De este modo, consumir estos frutos de la pesca gallega te permitirá introducir variedad en tu dieta. Lograrás salir de la monotonía que caracteriza a algunas dietas sanas.
Estos alimentos tienen alta demanda por el hecho de que su sabor resulta muy apreciado y diferente a lo que estamos acostumbrados a diario.
No cabe duda de que sus propiedades nutricionales también son muy valoradas entre sus consumidores habituales. En este sentido, el berberecho de la ría y los deliciosos mejillones, junto a las almejas, sobresalen por su contenido en manganeso y hierro. Pero hay otros minerales que también están muy presentes en los mariscos y que contribuyen al buen desarrollo de las funciones del organismo. Nos referimos, por ejemplo, al yodo y al fósforo.
Y, entre los micronutrientes que te aportan, no podemos olvidar las vitaminas A, B3, B12 y E (importante, entre otras cosas, para los glóbulos rojos). Por último, respecto a los macronutrientes, destacamos las proteínas de alto valor biológico (en algunos casos, por encima del 20 % del alimento) por su riqueza en aminoácidos esenciales.
Las conservas en latas (marisco o pescado), son muy prácticas…
Efectivamente, dado que cuestan muy poco tiempo cocinarlas y servirlas. Se puede combinar con multitud de platos, es fácil de digerir y, además, contiene muy pocas calorías por cada 100 gramos. Por eso, te las recomendamos como integrante de tu dieta hipocalórica, siempre que no se exceda su consumo.
Es ideal para una dieta saludable en la que no se dispone de mucho tiempo para preparar los menús. Su versatilidad te permitirá incluirlo prácticamente en cualquiera de las cinco comidas que te conviene hacer al día. De hecho, su presencia en ellas, dado que contribuye a saciarte, evita esos atracones que tan poco nos interesan.
En definitiva, podemos asegurarte que tanto las conservas de pescado como de marisco cuentan con todas las propiedades necesarias para encajar dentro de un modelo de vida sana.