En muchas ocasiones nos encontramos delante de varios productos frescos que no podemos consumir inmediatamente y tenemos que almacenarlos de la mejor manera posible para que no pierdan ni sus propiedades ni su sabor. Por eso, en este post vamos a repasar algunos consejos para la congelación del pescado, método de conservación por excelencia y que nos permite consumir posteriormente el producto sin perder calidad ni sabor. Y es que, congelado o fresco, comer pescado tiene muchos beneficios para la salud.
¿Por qué congelar el pescado?
Además de poder realizarlo en todos los hogares actuales, sabemos que nos previene de algunos parásitos que en ocasiones se encuentran en el pescado, como es el anisakis que hay que evitarlo. Eso sí, el congelado no le otorga al pescado vida eterna, por lo que se recomienda que se consuma antes de los tres meses.
Sabemos que en la nevera se conserva bastante menos: entre dos y tres días a lo sumo. La congelación debe ser lo más rápida posible, de manera que debemos evitar la congelación de muchos productos en el mismo frigorífico al mismo tiempo.
Lo ideal es que los productos que vayamos a congelar ocupen el menor espacio posible y estén rodeados en el frigorífico de productos ya congelados. Si congelamos muchos productos al mismo tiempo y que ocupan gran parte del espacio del frigorífico, la congelación será más lenta y por tanto de menor calidad. Además, congelar pescado y marisco es una buena opción de cara a las navidades.
Congelar el pescado es muy sencillo
Se debe preparar el pescado antes de meterlo en congelador. Por ejemplo, se debe de eliminar las vísceras, la cabeza y en general limpiarlo todo lo posible.
Es fundamental no romper la cadena de frío, ya que el pescado sufre (y por lo tanto su calidad) si está expuesto a cambios de temperatura bruscos en un periodo corto de tiempo. Por lo tanto, lo ideal es que se prepare para congelar en el momento que llegamos a casa de comprarlo.
Este criterio es útil tanto para congelarlo como para descongelarlo: en el momento que se desea consumir, es recomendable pasarlo a la nevera durante las primeras horas en el frigorífico, alejado de otros alimentos para evitar la mezcla de olores, y después dejarlo a temperatura ambiente. Aunque el microondas nos ofrece la función de descongelado, nunca recomendamos a nuestros clientes que la usen para el pescado, ya que se suele ser un proceso demasiado agresivo para la pieza, que en ocasiones sufre cierta cocción.
Y vosotros, ¿cómo congeláis el pescado? ¿Usáis alguna técnica en especial?