Aunque no suele ser lo normal, en ocasiones calculamos mal la cantidad de marisco para nuestros comensales y familias y sobra algo de marisco que se puede todavía se puede aprovechar. Para estas ocasiones os damos unos cuantos consejos para aprovechar ese marisco sobrante y no desperdiciar nada:
Aperitivo de hojaldre de marisco sobrante
Utilizaremos toda la carne ya cocida del marisco que haya sobrado, bien escogida para que no lleve ningún elemento duro. Picarlo bien, añadimos algunos langostinos cocidos y lo mezclamos con un poco de salsa rosa casera. Con esta combinación se rellenan pequeñas tartaletas de hojaldre. Este delicioso aperitivo es ideal con un vino blanco o tinto tanto antes de comer como de cenar.
Croquetas de marisco
Otra opción es echar mano de la mítica bechamel y hacer croquetas de marisco muy sabrosas con, por ejemplo, langostinos a la plancha. Se elabora la salsa bechamel y luego se le añade troceada la carne de los langostinos cuando esta ya esté hecha. Como cualquier otra receta de croquetas, se debe esperar a que la mezcla esté fría para poder hacer las piezas. Cada porción se pasa por harina, huevo y pan rallado y después se fríen y se secan en papel absorbente.
Caldo de marisco sobrante
Aromático y muy sabroso, este caldo se suele elaborar con verduras y las cáscaras de los mariscos como bogavante, langosta y gambas. Las funciones de este caldo concentrado van desde aromatizar una sopa o un arroz, hasta preparar una salsa de guarnición. Para elaborar esta receta es necesario que los caparazones y las cabezas de los mariscos estén crudos y no cocidos en el momento de la preparación del caldo.
Se rehoga las verduras y luego se incorporan todos los elementos del marisco. Se sofríe todo el conjunto y normalmente se le echa un chorrito de brandy o coñac que posteriormente se flambeará dentro de la propia cazuela para que se evapore el alcohol. Cuando esté listo, se machaca el conjunto con ayuda de un mortero para que suelte el jugo. Luego se cuela o se pasa por el chino para eliminar posibles partes duras en el propio caldo.
Ensalada de marisco
Como el marisco no acepta bien una segunda cocción, comerlo en platos fríos es una opción muy buena. Las ensaladas en todas sus variedades siempre es una apuesta segura. Ensalada de arroz, de pasta, de patata cocida, de judías blancas, con el salpicón, etc. Fresco y sano, este plato admite muchos alimentos que cansan bien con casi cualquier tipo de marisco gallego o foráneo.
¿Y vosotros, cómo aprovecháis el marisco que os sobra? ¿Alguna sugerencia para la lista?