Las sardinas pertenecen al grupo de pescados que viven lejos de las costas, y las podemos encontrar en el mar Atlántico, en Noruega, en el mar Mediterráneo, en el Cantábrico, el canal de La Mancha y el mar del Norte, entre otros lugares del mundo. Como vemos, es abundante en su especie, especialmente en el mediterráneo y en la zona occidental africana.
Entre las especies más conocidas de sardinas, podemos resaltar la pilchardus pilchardus, que se localiza en el Atlántico y la pilchardus sardina, que habita en el mar Mediterráneo. A su vez, son de la misma familia, tanto los arenques, como las anchoas, la alacha o el espadín y el sábalo.
Beneficios de las sardinas
Las sardinas son muy sabrosas y nutritivas. Son un pescado azul que tiene muchos beneficios para el organismo. Por ejemplo, posee casi 10 gramos de grasa por cada 100 gramos de carne, y entre sus vitaminas, es de destacar las B12, B1 o Niacina.
Además, es fuente de ácidos grasos omega-3 muy sanos para el corazón. Y no solo eso, es un alimento que reduce los niveles de colesterol y de triglicéridos, y presenta un contenido proteico elevado. Otras vitaminas que se le atribuyen son la A, D y E, que son buenas como resistencia a las infecciones, el crecimiento óseo, o para la absorción de calcio en los huesos.
También contiene ciertos minerales, como fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc y yodo. Tales minerales son buenos para potenciar la actividad muscular, mejorar la inmunidad, para el funcionamiento de la glándula tiroides, entre otras. Estas propiedades las convierte en un alimento ideal para niños y embarazadas.
Cómo preparar sardina
Hay muchas maneras. Hay que recordar que una gran parte suelen degustarse en conserva, por lo que las podemos poner en bocadillos, ensaladas, pasta, etc. aunque como pescado fresco son excelentes a la brasa o fritas.
Cada región tiene una forma distinta de cocinar la sardina, que pueden ser también en escabeche. Gracias a su textura fina, es un buen pescado para los más pequeños de la casa, aunque su sabor puede ser algo más fuerte. Las podemos hacer rebozadas o junto a otros platos como un pastel de sardinas que les va a gustar seguro.