Galicia es sinónimo de pesca. Sus marineros y sus barcos pesqueros gozan de fama desde tiempos inmemoriales. Además, han sabido mantener, como pocos, las artes tradicionales y las formas de pesca más respetuosas y sostenibles con el medio ambiente y así alimentarse y sacar productos para vender y mantener a sus familias. La llegada de las últimas tecnologías a la pesca ha cambiado, en cierta medida, las formas de laborar de nuestros marineros, pero en muchos casos se siguen manteniendo vivas las tradicionales artes de pesca, como puede ser la del anzuelo.
El anzuelo, la forma más respetuosa de pescar
Una de las artes de pesca tradicionales más extendidas que conoces y que cuenta con mayor repercusión y respeto es la del anzuelo. Este tipo de pesca selectiva es el que menos afecta a las diferentes especies, pues en función del tamaño, de la profundidad a la que se sumerja o incluso del cebo utilizado, atraerás a uno u otro tipo de peces.
Además, los milenarios y tradicionales artes de anzuelo se subdividen en otros como línea, el palangre o el palangrillo. De este modo, el palangre se conforma de un cabo principal, del cual salen, en horizontal, otros en ciertos intervalos, que se llaman brazoladas. Puede ser de superficie o de fondo y es muy efectivo. El palangrillo sería igual, pero más pequeño. Mientras que en la línea, las brazoladas salen en vertical.
Por otra parte, la pesca con anzuelo la puedes practicar, lógicamente, también con las clásicas cañas de pescar, pudiendo como pescador estar en tierra firme o también mar adentro a bordo de alguna embarcación. Por ejemplo, pescar el nutritivo atún de esta forma es una de las modalidades de pesca más espectaculares y gratificantes que puedan existir.
En las rías gallegas la pesca de cordel con anzuelo está documentada ya desde el siglo XV y sigue utilizándose en la actualidad.