Congelar marisco: una opción para las Navidades

Congelar marisco: una opción para las Navidades

Como cada año, al acercarse las Navidades, se repite un clásico: el precio de los alimentos más tradicionales, como por ejemplo el marisco, se eleva significativamente en las semanas previas. ¿Las razones? La demanda crece, las adversas condiciones meteorológicas complican en ocasiones la salida de la flota y, como resultado, los costes se disparan. Por eso, cada vez más consumidores optan por una estrategia tan sencilla como inteligente: comprar y congelar marisco con antelación a las fiestas navideñas.

Congelar marisco tiene dos grandes ventajas. La primera es económica: muchas especies pueden incluso duplicar su precio en los días previos a la Navidad. La segunda es práctica: comprar con tiempo permite elegir con calma, sin presiones y sin depender de la oferta puntual del mercado. Es justo lo contrario de la compra de última hora, donde el precio suele imponerse a la elección.

A esto se suma otro aspecto clave: la calidad. Aunque aún persisten algunos falsos mitos, lo cierto es que congelar marisco adecuadamente ayuda a conservar su textura, sabor y aportación de nutrientes. De hecho, la congelación mantiene componentes tan valiosos como los ácidos grasos omega-3. En otras palabras, congelar pescado o marisco para Navidad no es un “plan B”; es una forma sencilla de ahorrar, organizarse y evitar sorpresas de última hora. Una decisión práctica que cada vez más hogares adoptan para disfrutar de sus comidas y cenas navideñas con total tranquilidad y sin sobresaltos.

En Mariskito, tu pescadería online de confianza, somos expertos en marisco fresco y congelado de primera calidad. En este post del blog de Mariskito, un blog la mar de interesante, te contamos todos los trucos para congelar marisco sin que afecte a su calidad, sabor, ni a su textura.

Cómo congelar marisco para que llegue perfecto a las fiestas navideñas

Adelantar la compra y congelar marisco de cara a las Navidades es una decisión muy práctica, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de especies se conservan perfectamente entre tres y cuatro semanas sin perder ninguna calidad. Eso sí, para que el resultado sea realmente óptimo, es fundamental partir de un producto fresco y seguir un proceso de conservación adecuado.

Cada tipo de marisco tiene sus propios tiempos y necesidades: no se congelan igual los crustáceos que los marisco de concha, y tampoco se puede congelar el marisco cocido igual que el fresco. Cuando se respetan estas particularidades y se congela y descongela el marisco correctamente, se podrá disfrutar como si acabara de llegar de la lonja, incluso mucho tiempo después.

Gracias a los siguientes tips podrás preparar tus menús navideños y recetas con marisco con antelación. Sorprenderás a tus familiares e invitados como si el marisco fuese recién comprado.

Cómo congelar grandes crustáceos 

Los grandes crustáceos (centolla, bogavante, buey de mar…) lucen espectaculares en las comidas y cenas navideñas, pero también son los más delicados a la hora de congelar. Por este motivo debemos seguir las siguientes indicaciones

Si lo vas a congelar, compra siempre el marisco vivo

Para un buen congelado, la frescura del marisco es clave. Si lo compras ya muerto, no sabrás cuánto tiempo lleva así y corres el riesgo de que su calidad sea muy inferior.

Cocción previa: ¿es necesaria?

Como norma general, es recomendable cocer este tipo de mariscos antes de congelarlos. Para ello hay que:

  • Matar las piezas antes de cocerlas; de lo contrario, es muy probable que se le caigan las patas. Basta con sumergirlas en agua dulce o asfixiarlas con un poco de vinagre.
  • Cocerlas respetando los tiempos de cocción de cada marisco.
  • Dejarlas templar antes de congelarlas.

Cómo guardarlos

Una vez cocidos los grandes crustáceos:

  • Humedécelos con un paño mojado en parte del agua de cocción.
  • Envuélvelos bien con film o introdúcelos en bolsas de congelación herméticas.
  • Si tienes envasadora al vacío, aún mejor: evita que entre aire y que se forme escarcha en el marisco congelado.

En el caso de centollas, centollos o bueyes de mar, guárdalos con las patas hacia arriba. Así no pierden el caldo interior, que es parte esencial de su sabor.

Tiempo de conservación

Los grandes crustáceos se mantienen en óptimas condiciones entre 3 y 4 semanas.

Cómo congelar pequeños crustáceos

Gambas, langostinos y cigalas soportan muy bien la congelación, por eso son una opción ideal para planificar menús navideños con mucho tiempo de antelación.

Mejor congelar en crudo

Si tienes pensado hacerlos a la plancha, al horno o salteados, congélalos sin cocer. Mantendrán mucho mejor su textura.

Preparación para la congelación

Solo tienes que:

  • Lavarlos ligeramente bajo agua fría.
  • Secarlos bien con papel absorbente.
  • Introducirlos en bolsas de congelación herméticas o envasarlos al vacío.

¿Cuánto duran congelados?

Los pequeños crustáceos resisten la congelación hasta seis meses sin perder calidad.

Cómo congelar mariscos de concha

Bivalvos como almejas, zamburiñas y berberechos son un clásico de las fiestas navideñas, pero necesitan un cuidado especial en su congelación para evitar posibles problemas de seguridad alimentaria.

Deben estar vivos

Es imprescindible comprobar que los mariscos de concha están vivos en el momento de la compra. Deséchalos si vienen abiertos y no se cierran al tocarlos.

Cocción antes de congelar

A diferencia de los crustáceos pequeños, los mariscos de concha no deben congelarse crudos, ya que:

  • La carne puede quedar pegada a la concha.
  • La textura se deteriora.
  • Es más difícil garantizar su seguridad alimentaria.

Cocinarlos al vapor unos minutos ayuda a que se abran y facilita su uso posterior a la congelación.

Limpieza y envasado

  • Lávalos bien para retirar arena e impurezas.
  • Elige solo los que se hayan abierto durante la cocción.
  • Envuélvelos en film, bolsas de congelación o envasados al vacío.

Tiempo máximo de congelación

Los mariscos de concha aguantan hasta 3 meses en perfectas condiciones.

Una vez los saques del congelador, consúmelos o cocínalos ese mismo día. No es recomendable mantenerlos refrigerados más tiempo.

Atención: no es aconsejable congelar percebes ni ostras. La principal razón es que, una vez descongelados, este tipo de mariscos ya no recuperarán las mismas características organolépticas, por lo que no resultarán aptos para comer crudos como si fueran frescos.

Consejos extra para congelar marisco

En el momento de congelar marisco, un detalle fundamental es evitar al máximo el contacto con el aire. La presencia de oxígeno dentro del envase es lo que provoca la típica escarcha y, con ella, la pérdida de sabor y textura. Por eso es tan importante cerrar bien las bolsas, retirar el aire manualmente o, si es posible, utilizar una envasadora al vacío. Este simple gesto marca una gran diferencia en el resultado final.

También conviene anotar siempre la fecha en la que congelas cada marisco. Aunque aguanta varias semanas o incluso meses en buen estado, es fácil olvidarse del tiempo que lleva guardado y consumirlo demasiado tarde. Etiquetar cada paquete te permitirá tener un control real y organizarte mejor de cara a las celebraciones navideñas.

Congelar marisco adecuadamente ayuda a conservar su textura, sabor y propiedades.
Congelar marisco adecuadamente ayuda a conservar su textura, sabor y propiedades.

Otro aspecto clave es no volver a congelar el marisco una vez descongelado. La recongelación altera su textura, favorece la pérdida de jugos y puede comprometer su seguridad alimentaria. Lo ideal es descongelar solo la cantidad que vayas a utilizar y preparar el marisco en ese mismo momento.

Por último, mantener cierto orden en el congelador ayuda más de lo que parece. Colocar el marisco en la zona más fría garantiza una congelación rápida y estable, lo que contribuye a conservar mejor todas sus cualidades. Además, si tienes un congelador muy lleno, es recomendable dejar algo de espacio alrededor de los envases para que el aire circule y el frío se reparta de forma homogénea. 

Con estas precauciones, el marisco llegará a las Navidades con un sabor y una textura prácticamente intactos.

Cómo congelar marisco en casa: guía por especies

Ahora que entendemos que un crustáceo grande, un crustáceo pequeño y un marisco de concha requieren técnicas de congelación diferentes, también es importante tener en cuenta que cada especie presenta sus propias particularidades en el momento de congelarla. Conocerlas marca la diferencia entre disfrutar un producto sabroso o llevarse una decepción al descongelarlo.

Cómo congelar bogavante

El bogavante permite dos opciones: se puede congelar crudo o ya cocido. Si lo congelas en crudo, lo ideal es envolverlo con film transparente muy ajustado, retirando todo el aire posible. Si ya lo has cocido, humedece un paño limpio en el agua de la cocción o, en su defecto, en agua salada. Escúrrelo bien para que no gotee y envuelve el bogavante en él. Después, dale varias capas de film hasta que quede completamente sellado.

La langosta, un marisco muy apreciado en Navidad, requiere el mismo proceso de congelación.

Cómo congelar buey de mar

El buey de mar merece una mención especial porque ofrece un resultado excelente tras su congelación. Su carne permanece firme y jugosa incluso después de semanas en el congelador. Puede congelarse crudo, aunque resulta más recomendable cocinarlo primero, ya que se conservará mejor. En este caso, un trapo humedecido en el agua de la cocción y una buena capa de film son suficientes para conservar todo su sabor. Un detalle importante es colocarlo con las patas hacia arriba dentro del congelador, lo que evita que pierda caldo y garantiza un resultado mucho más sabroso al descongelarlo.

Cómo congelar centolla

La centolla y el centollo requieren un cuidado especial, porque no se deben congelar en crudo. Su carne es especialmente sensible al frío intenso y pierde textura si no se cocina antes. Una vez cocida, lo adecuado es envolver la centolla en un paño de algodón empapado en agua fría completamente limpia y sin olores, colocándola con el caparazón hacia abajo mientras reposa unos minutos. Después se introduce directamente en una bolsa hermética o al vacío y se lleva al congelador. Este sistema permite que conserve mejor sus jugos y que llegue al plato con todo su exquisito sabor.

Cómo congelar nécoras

Las nécoras gallegas también son especialmente delicadas, tanto si están vivas como si ya están cocidas.

Nécoras vivas: envuélvelas con varias capas de film, asegurándote de cubrir bien todo su cuerpo. De ese modo se evitan daños y la entrada de aire, que afecta rápidamente a su textura.

Nécoras cocidas: espera a que se enfríen por completo y envuélvelas en un paño humedecido en el agua de cocción. Después, protégelas con film o introduciéndolas en una bolsa hermética. El objetivo es que no pierdan su jugo y que no absorban olores del congelador.

Cómo congelar camarones

Los camarones son muy versátiles a la hora de congelar:

Si son camarones frescos, colócalos en bolsas ZIP o al vacío, mejor en la parte superior del congelador para que no se aplasten. Estas bolsas ocupan poco espacio y son ideales cuando necesitas descongelar pequeñas cantidades.

Si los camarones están cocidos, déjalos enfriar completamente antes de congelarlos. Luego guardarlos en bolsas herméticas es suficiente.

Si los has pelado previamente, aún más fácil: ocupan menos espacio, se congelan mejor y te resultarán muy prácticos para recetas rápidas.

Estos métodos sirven también para congelar gambas, langostinos y cigalas, ya que comparten características similares.

Consejo extra: congela siempre en porciones que luego vayas a usar de una sola vez.

Cómo congelar zamburiñas

Las zamburiñas, como todos los mariscos de concha, deben congelarse crudas. Colócalas en pequeños paquetes según la ración que necesites para cada ocasión y envuélvelas muy bien en film transparente o hazlo al vacío. Es muy importante que no quede aire dentro del envoltorio. Pueden mantenerse hasta unos tres meses en el congelador sin perder calidad.

Este procedimiento es válido también para congelar almejas, berberechos o navajas.

¿Se puede congelar la sopa de marisco?

La sopa de marisco es una receta reconfortante, nutritiva, llena de sabor y muy ligada a las celebraciones navideñas. ¿Se puede congelar sopa de marisco sin que pierda sabor o textura? La respuesta es sí, aunque conviene seguir algunos pasos clave. 

Lo más importante es no guardarla en el congelador cuando aún está caliente. Igual que ocurre con cualquier otra preparación recién hecha, introducirla a alta temperatura puede estropear la calidad de la sopa y afectar al resto de alimentos que tengas guardados. Cuando la sopa se enfríe por completo, verás que en la superficie aparece una fina capa de grasa procedente del marisco y del sofrito. Retírala con una cuchara antes de congelar.

Elige un recipiente hermético y no lo llenes hasta arriba. Los líquidos se expanden al congelarse y, si no tienen margen, pueden deformar el envase o incluso abrirlo. La sopa de marisco congelada aguanta hasta 3 meses sin perder ni el sabor ni su textura inicial.

Cómo descongelar marisco

Descongelar marisco de la manera correcta es tan importante como haberlo congelado adecuadamente. Un mal descongelado puede arruinar la textura, el sabor e incluso comprometer la seguridad alimentaria, así que merece la pena hacerlo con calma y cuidado.

El método más seguro y el que mejor conserva sus cualidades es el descongelado lento en la nevera. Basta con colocar el marisco en un recipiente hermético, preferiblemente uno que recoja el exceso de agua, y dejarlo en la parte baja del frigorífico. Esa zona mantiene una temperatura estable que permite que el marisco se vaya descongelando de manera gradual, sin cambios bruscos y sin riesgo de que proliferen bacterias. Una vez que esté completamente descongelado, lo ideal es cocinarlo y consumirlo lo antes posible para disfrutarlo en su mejor momento.

El marisco nunca debe descongelarse a temperatura ambiente. Si necesitas acelerar el proceso, existe una alternativa segura: utilizar agua fría. Basta con introducir el marisco, siempre protegido en su envase o en un táper bien cerrado, con agua muy fría. Descarta métodos de descongelación exprés, como el microondas o el agua caliente. Ambos pueden empezar a cocinar el marisco antes de tiempo, dejando partes gomosas, secas o con sabores extraños. 

Aunque ahora que ya sabes cómo congelar marisco como un profesional, también debes tener en cuenta que hay otra alternativa que cada vez gana más adeptos: comprar marisco congelado online. Recibirás los mejores productos directamente en tu domicilio, en menos de 24 horas y podrás olvidarte de las aglomeraciones navideñas y las prisas de última hora. ¡Comprar marisco congelado online solo tiene ventajas!

Autor: mariskito.com

Fuentes: Aesan – Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición / Fundación Española de la Nutrición (FEN) / Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) / Consellería do Mar – Xunta de Galicia / Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)

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