¿Te apetece un delicioso buey de mar, unos langostinos o unos sabrosos percebes? Cada vez hay más estudios que destacan algunas de las ventajas que supone comer marisco. Una nueva investigación del Centro Médico de la Universidad Rush, en Estados Unidos, publicada por el Journal of the American Medical Association, ha demostrado que comer marisco podría reducir el riesgo de contraer la enfermedad de alzheimer.
Marisco, mercurio y alzheimer
La ralentización de esta enfermedad fue asociada con el consumo de marisco a pesar de que éste ha sido relacionado en numerosas ocasiones con la presencia de mayores niveles de mercurio en el cerebro, aunque estos niveles no parecen determinar una mayor incidencia de la enfermedad.
La relación entre el marisco, el pescado y el mercurio ya estaba establecida, pero la novedad es cómo esa presencia de mercurio en el cerebro afecta a las enfermedades neurodegenerativas.
Se concluyó que los adultos mayores con un gen de riesgo para la enfermedad de alzheimer que comían, al menos una porción de marisco por semana, mostraron menos signos de los cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer.
Conclusiones del informe
De esta manera, se establece que comer marisco una vez a la semana es bueno para luchar contra esta enfermedad, en la que se pierde, de forma progresiva, la memoria.
De hecho, en diversos estudios a lo largo de la historia se ha determinado que comer pescado y marisco incrementa el coeficiente intelectual de niños y adultos. Esto es debido a que los ácidos grasos Omega-3, que además de ser buenos para el corazón mantienen el buen funcionamiento del cerebro y la memoria, y es favorable en los procesos neurológicos, desde que se está desarrollando el bebé en el seno materno.