Cómo conservar el pescado frito para el día siguiente

Muchas veces cocinamos mucho pescado y finalmente no se consume todo. Está claro que el pescado recién hecho es la mejor manera de consumirlo pero eso no quiere decir que lo tengamos que desechar si no se consume en el momento. Ya hemos hablado aquí, por ejemplo, de cómo aprovechar el marisco sobrante para hacer otras recetas. Hoy vamos a daros unos consejos para conservar el pescado, concretamente el frito, una de las muchas maneras de cocinar el pescado. Lo que se desea es que no se reseque, no pierda la textura crujiente y que mantenga su sabor.

Consejos para conservar el pescado frito

Antes de nada, no lo pongas en la nevera sin ninguna protección. La baja temperatura hará que se seque y no se conserve tal y como queremos.

Elimina cualquier rastro de salsa que se pueda encontrar en el pescado. Además de evitar la contaminación de sabores, lograremos que el pescado no se reblandezca debido a esas salsas.

No elijas contenedores ni de aluminio, que pueden traspasar el sabor metálico, ni de papel, que absorberá toda la humedad y frescura. Lo ideal es colocar el pescado en un recipiente hermético, dejándolo enfriar en caso de que todavía se encuentre caliente sin la parte de arriba del recipiente, ya que si lo cierras estando el pescado caliente puede que este se humedezca demasiado debido a la condensación del vapor.

Una vez se haya enfriado, ya puedes ponerle la tapa y meterlo en el refrigerador. Al estar cerrado de forma hermética, el pescado no absorberá ningún sabor del resto de alimentos que se encuentran en la nevera, por eso es importante que el recipiente esté bien sellado.

Como recalentarlo

Cuando lo quieras recalentar, olvídate del microondas. Lo ideal es que lo hagas en el horno a unos 150 grados. Una vez más lo que se pretende es evitar que se reblandezca y mantener la textura original del pescado.

Recordad que estos consejos son para consumir pescado de un día para otro, ya que la frescura de sabores de los alimentos cocinados, especialmente de los pescados es reducida y si se consume pasados tres o cuatro días no solo repercutirá en un mal sabor, sino que además se corre el riesgo de una intoxicación alimentaria.