No siempre es fácil reconocer el pescado fresco. Para elegirlo hacen falta una serie de parámetros con el fin de comer sano y obtener un pescado siempre de calidad. Te contamos unos sencillos trucos para identificarlo correctamente.
La pescadería de confianza
Para comprar pescado de temporada no vale cualquier lugar. Siempre es mejor que te lo puedan recomendar y conocer al profesional que te lo está vendiendo, que sabes que no te va a traicionar. En todo caso, si no conoces demasiado al establecimiento pide recomendaciones y garantías que te especifiquen que el lugar es de confianza y el pescado que se compra ahí es totalmente fresco.
Aspecto del pescado fresco
Para saber que un pescado es fresco, uno puede ver cómo es su aspecto. Por un lado, mirar los ojos que deben ser siempre brillantes, mientras que si están hundidos, entonces el pescado no será realmente fresco.
La carne suele tener un color vivo o rosado, si está marrón o apagado también puede ser señal que no se trata de un pescado fresco. Mientras que si al presionarlo el dedo sobre la carne, se queda marcado o hundido, entonces la pieza no es fresca. Esto se aplica también a los filetes.
Mientras que en relación a cómo huele, podemos decir que suele oler a mar, porque si huele algo fuerte entonces no es fresco, pues podía haber empezado el proceso de descomposición.
Pero todo depende de cada pescado, porque cada uno es distinto y tiene un color también diferente. Por ejemplo cuando hablamos de marisco, algunos como los pulpos suelen tener, como norma, la piel lisa, brillante, suave y húmeda.
Cuando se compra congelado
Hay que remarcar que el pescado también puede comprarse congelado pues no afecta a la calidad del producto. Para comprarlo correctamente tendremos en cuenta que no puede estar más de ocho meses congelado. Siempre nos fijaremos en el etiquetado de los pescados, el proceso de congelación y toda la información que nos dan del pescado.
Es lícito que el pescado pueda congelarse porque algunos suelen ser más caros y así dura más días. A la hora de conservar el marisco, debemos tener en cuenta que puede durar hasta dos días en refrigeración y varios meses en el congelador.