El maridaje de comida y vino, esa expresión tan de moda en los últimos tiempos en el panorama culinario, consiste en elaborar la perfecta sintonía entre el vino y los alimentos que estamos comiendo para resaltar sabores. El vino blanco ha sido tradicionalmente el perfecto acompañante al comer pescado y marisco. Hoy os vamos a comentar las peculiaridades de la denominación de origen Rías Baixas, vino que ofrecemos – además de la DO Ribeiro, al que dedicaremos otro post en breve- en nuestra tienda para acompañar todos vuestros pedidos de mariskito.
La denominación Rías Baixas
Esta denominación de origen empieza su andadura en 1980 cuando se declara en el BOE la Denominación Específica Albariño. Ese es el germen de lo que posteriormente se denominaría DO Rías Baixas. A partir de ese momento se aprueba su Reglamento y su consejo Regulador. Desde el año 1987 a 2001 las cifras hablan por sí solas: de 492 viticultores a 5.059, de 14 bodegas a 161 y de 237 hectáreas de viñedo a 2.408.
La DO Rías Baixas se extiende por un conjunto de zonas de Galicia que tienen una serie de condiciones físicas comunes, así como un clima especial. Se trate de tierras bajas, generalmente con una altitud inferior a 300 metros, más bien próximas al mar y asociadas a los tramos inferiores de los cursos fluviales, lo que condiciona formalmente las características climáticas de influencia Atlántica.
La uva
La uva con la que se hace este vino atlántico crece y madura en un clima que en invierno se caracteriza por las borrascas atlánticas del Oeste y del Sudeste y fuertes precipitaciones. En esta época, las temperaturas son suaves y sin grandes contrastes entre el día y la noche. En primavera, las lluvias persisten hasta que llega el verano, y con él el anticiclón de las Azores, que se instala sobre al Atlántico Occidental.
Durante el verano, las precipitaciones son poco frecuentes y poco abundantes y las temperaturas se mantienen suaves gracias al aire fresco, las tormentas de verano son raras y el riesgo de granizo, más bien bajo. En esta estación se produce una importante sequía del suelo. Una vez llega el otoño, las borrascas penetran una tras otra, en una estación muy lluviosa.
Clima y tierra son las principales variables que conforman los vinos blancos de Rías Baixas, más bien secos, de aromas punzantes, florales e intensamente afrutados, con un retrogusto muy fino y prolongado. Muy demandado en verano, pero apreciado a lo largo de todo el año, no se nos ocurre mejor manera que brindar con una copa de uno de nuestros vinos DO Rías Baixas por la recién inaugurada primavera. Sin duda, son unos de los mejores vinos para acompañar pescados y mariscos.