Ha llegado la época de las comidas familiares, de empresa, los asados, las mariscadas, los vinos y el champán. En las Navidades nuestro cuerpo se resiente de los excesos y pide un poco de precaución para poder disfrutar de las fiestas sin ningún contratiempo. Para sobrellevar los excesos navideños, podemos, sin embargo, adoptar unos hábitos fáciles y prácticos. Actividad física regular y una dieta rica en pescado, son pilares importantes.
Planifica de antemano las comidas familiares
Y otros compromisos para que no se sucedan uno detrás de otro. En primer lugar, tenemos que tener claro qué días vamos a tener celebraciones para compensar los excesos navideños de ese día concreto con los días previos y posteriores, esto es, intentar cocinar platos ligeros antes del día del atracón de una comida familiar. Seguir las bases de la dieta mediterránea te será de gran ayuda.
Evita el consumo excesivo de alimentos
Y no te olvides de masticar bien la comida para ahorrar trabajo al estómago. Tampoco conviene abusar de los alimentos picantes, los presentados a temperaturas extremas o los excesivamente condimentados.
No consumas alcohol de forma aislada
Siempre acompañado de alimentos y procurando no mezclar distintas bebidas alcohólicas. Limita la ingesta de alcohol en el momento del aperitivo o de la comida, y oblígate a decidir cuántas copas vas a tomar, no dejes que actúen impulsos improvisados.
Espera al menos dos o tres horas después de la última comida para acostarte
Y duerme, al menos, seis u ocho horas. Teniendo en cuenta los valores nutricionales de los alimentos, planificando un poco las comidas, intercalando aquellas más copiosas con otras más ligeras, y con un poco de deporte para oxigenar el cuerpo nos aseguramos unas Navidades tranquilas y sin sustos alimentarios.