Bien porque sobra un poco de comida de un día para otro, bien porque ya planificamos hacer más de la cuenta para que no tengamos que cocinar al día siguiente, la costumbre de recalentar los alimentos está muy extendida actualmente.
Desde Eroski Consumer nos facilitan algunos consejos para hacerlo de manera segura. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la forma más segura de preparar un alimento empieza por tener una materia prima segura y de calidad, cocinarlos apropiadamente y conservarlos de manera adecuada.
Se debe dejar claro previamente que ante la duda de si se puede realizar un recalentamiento de forma segura los alimentos deberán desecharse. Además se debe evitar recalentar los alimentos una y otra vez.
El recalentamiento de los alimentos debe realizarse de manera rápida. Sea cual sea el método de cocción usado, deben asegurarse temperaturas de 70ºC en el centro del producto, también en el caso del microondas.
Debe tenerse especial cuidado en remover los alimentos a mitad de la cocción para eliminar posibles zonas frías, donde las bacterias patógenas podrían sobrevivir. También debe tenerse en cuenta que no todos los ingredientes se calientan igual, por tanto, en preparaciones en las que se utiliza más de un alimento, deberá garantizarse un calentamiento homogéneo. Para ello, pueden cubrirse ya que de esta manera se retiene la humedad.
Las preparaciones líquidas (sopas, caldos, salsas que no se corten) deben llevarse hasta la ebullición, siempre y cuando esta no afecte a la textura del plato.
Debe tenerse en cuenta que la calidad del alimento disminuye cada vez que se recalienta, por lo que es recomendable recalentar solo la cantidad de vaya a consumirse. Si se calcula que no se va a consumir en un plazo de cuatro días, es mejor congelar.
Por lo tanto, recalentar la ración que nos vamos a comer, hacerlo a un mínimo de 70ºC y de forma homogénea resulta básico para evitar una pérdida de calidad y posibles contaminaciones.